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viernes, 2 de enero de 2015

Navidades blancas





Este año las Navidades han sido moviditas. Días en Madrid, en Marbella y en Zürich. Un poco para todos los gustos: amigos, familia, pareja y nieve.... muchas nieve!

Han sido las primeras Navidades que pasamos juntos y las últimas como solteros. Después de Madrid, del reencuentro con amigos (y este año si me cundió mucho), familiares, cena de Nochebuena e intercambio de regalos pusimos rumbo al sur. Tuvimos unos días muy buenos, paseamos en mangas de camisa por Marbella....




... pero al volver a Zürich nos encontramos con la sorpresa: toda la ciudad nevada. Ya intuíamos algo, por las fotos del facebook de los amigos, pero creo que no nos hicimos a la idea de la cantidad de nieve que nos íbamos a encontrar. Una odisea mover dos maletones cargados más las dos maletas de mano por la nieve, y además descubrir que tus botas nuevas no valen para la nieve, a no ser que tu objetivo sea acabar en el suelo.  El año pasado, de manera excepcional, solo nevó un día y la verdad es que no podemos decir que lo hiciera copiosamente, así que para mí es mi primera gran nevada desde que vivo en esta ciudad (estando de turista si experimenté otra).



Lago de Zürich, las gaviotas no parecen enterarse del frío que hace.

Vistas desde casa.

Intentando encontrar el camino a casa.

Sitios cotidianos, que con nieve se vuelven bonitos.

En el viaje de vuelta tuvimos suerte, solo tres horas de retraso. Y digo suerte porque sabemos de vuelos cancelados. Al llegar a Zürich vimos como preparaban colchonetas y mantas, nos imaginamos que para los que tuvieran que pasar la noche en el aeropuerto.

Pero como aunque nieve la vida continua, y aprovechando mis últimos días de vacaciones, decidí seguir con mi rutina y acercarme a la piscina. El frío no pudo conmigo y gracias a eso obtuve una pequeña experiencia gratificante.


Camino de la piscina

Casa-museo junto a la piscina.
¡Qué frío! Pasar de las Ugg calentitas, con los crampones para la nieve, a las chanclas de las piscina.
Vistas desde el interior de la piscina.

Hace dos meses decidí volver a ir a la piscina a nadar. Cerca de la academia tengo una, así que ya no había más excusas; ademas es una de las actividades que se pueden hacer en Zürich sin tener que empeñar un riñón. Unos 200 francos cuesta el abono para todo el año y todas las piscinas (incluidos los Badi (los baños) del río y del lago). Las instalaciones a las que voy no son supermodernas pero están bastante bien, no hay mucha gente y además cuenta con una zona de spa para relajarte. Así que tras media hora de nadar me dirigí al spa, que tiene un jacuzzi en el exterior. Si normalmente es una maravilla, en esta ocasión lo fue aún más: viendo la nieve, los árboles cubiertos y.... de repente empezó a nevar!!! 


Al borde del jacuzzi.

Vistas desde el jacuzzi.

A mi personalmente me encanta la nieve, ya me replantearé esta afirmación cuando esté harta de ella. Y como no, decidimos disfrutarla. En la terraza de casa se había acumulado mucha, y además de usarla como nevera para las botellas en estas fiestas, decidimos darla un uso más lúdico.



Bien abrigados, con la ropa y guantes de nieve.


Terminando de rematar los últimos detalles....
... y ya está listo!!!

¡¡Nos ha quedado Fetén!!! como diría uno que yo me sé. 



Y así decidimos acabar el año 2014. Nuestro amigo aún sigue en al terraza... a ver cuantos días tarda en desaparecer.

Para dar la bienvenida al 2015 decidimos ir a ver al Lago Zürich los fuegos artificiales. Nos situamos cerca del reloj de St Peter y la catedral para ver si podíamos tomarnos las uvas al son de las campanas.... aunque fue todo un fail. Sonar sonaron, pero varios relojes juntos, las campanas de tres iglesias... todo un batiburrillo... así que nosotros a nuestro ritmo. Los fuegos artificiales fueron una pasada: muchos y durante mucho tiempo. Todo un despliegue. Leí en Internet que era el festejo al aire libre que más gente reunía, no nos lo quisimos creer pero nos sorprendió, que pese al frío que hacía, allí debía estar media ciudad reunida. Otras personas se suben al monte para luego descenderlo en trineo, damos fe de que vimos a mucha gente cargándolos rumbo al Uetliberg.


domingo, 23 de noviembre de 2014

Weihnachtsmarkt en la granja Jucker


Esta semana se ha dado el pistoletazo de salida a la Navidad en Suiza. En concreto en Zürich, el jueves, con el encendido de las luces de la calle y la apertura de los primeros mercados de Navidad. Este año acudí con mis compañeras de alemán y aunque no hacía mucho frío, nada como un Glüwein (vino caliente con especias) para entrar en calor.

Luces minimalistas de Zürich y del edificio Credit Suisse

Glüwein calentito

 El fin de semana queriamos hacer algo especial, en principio planeamos ir hasta St Gallen, a ver el mercado navideño que montan en el casco histórico declarado Patrimonio de la Humanidad, pero al final resultó que aún no ha abierto... así que cambiamos de destino. 

Jandro encontró un mercedillo, no muy lejos de Zürich, que se celebraba únicamente este fin de semana, así que allí que no fuimos. Lo que Jandro no nos dijo es que era en una granja, así que no fuimos con un calzado no muy apropiado.. pero en situaciones peores nos hemos visto (yo creo que ni Jandro sabía que iba a ser así). Había bastante gente, por lo que tuvimos que dejar el coche un poco lejos; pero mereció la pena el paseo con este paisaje.

En las fotos no se aprecia bien pero a lo lejos se podía ver los Alpes nevados.





Todo un descubrimiento la Granja Jucker. Una granja, granja... con barro, animales y sobretodo con la posibilidad de poder comprar sus propios productos. Nosotros nos trajimos a casa fruta y verdura y zumo de manzana recien exprimido... de hecho lo hacían allí mismo delante de ti.





La granja esta orientada, principalmente a pasar el día con niños. Zonas de juegos, animales con lo que interactuar y un laberinto de manzanos, que en invierno está cerrado.. son algunas de las actracciones.



Por aquello de que es Navidad, hasta podías dar una vuelta en camello.





A la hora de la comida pudimos elegir entre los puestos típicos: reclette, pan de ajo y demás especialidades suizas, el restaurante de la granja,  o bien asarnos nuestras propias salchicas en una de las muchas hogueras que hay en la granja. Porqué si!!! te dejan palos para que te ases tu comida!!!! Nosotros no fuimos tan atrevidos y comimos en el buffet de la granja, no especialmente caro (que no barato) y con comida casera ( nos imaginamos que con productos de la granja).


La familia de atrás se está asando unas salchichas!!!

Pero nosotros no fuimos a ver la granja, o no era nuestro objetivo principal, sino a ver el mercadillo de Navidad. Artesania variada, bebidas calientes y esta vez, hasta un puesto en el que te dejaban tirar con una cervatana. Nuestras compras se limitaron a unos mitones para mi, porque hoy por hoy he perdido todos mis guantes. Al haber desaparecido todos juntos tengo la esperanza que simplemente no los haya sacado de alguna caja de ropa, porque sino va a ser una gran perdida.




Por todo el mercadillo había pequeñas hogueras con las que calentarte, aunque aún no ha llegado el frío intenso.


Jandro y María, acompañados de una señora y unas niñas con las caras muy raras.

Esta vez no me tomé un vino caliente, sino que probé un ponche con ron... tambien calentito, para templar un poco el cuerpo.




¡¡¡¡Y con este queda inagurada la Navidad y la vuelta al Blog!!!

domingo, 1 de diciembre de 2013

Adventsmarkt Albisrieder



Vivimos muy cerca de la calle Albisrieder. Esta zona siempre me ha llamado la atención cuando paso con el bus, porque parece un pequeño pueblo dentro de Zürich. Leyendo cosas por internet, para escribir esta entrada, me he enterado que efectivamente era un municipio independiente que se anexionó a Zürich en los años 30, y que a día de hoy aún sigue existiendo la idea de pertenencia a una comunidad.







Este sábado celebraban el mercadillo de adviento. Todo muy casero y pequeñito, en comparación con los demás mercadillos que inundan la ciudad estos días. La gente del barrio devoraba salchichas y bebía Glühwein (vino caliente con especias). Por allí andaba un grupo scout, montando una tirolina y vendiendo dulces caseros; y me hizo recordar cuando con el grupo scout montábamos cutre-mercadillos o revendíamos camisetas. ¡Qué tiempos aquellos! Me imagino que en cuanto sepamos un poco más de alemán nos enteraremos mejor de que va el asunto y nos podremos integrar un poco más.





Pese a salir solo a ver el mercadillo y comprar unas cosas, acabamos pasando el día por el centro. Descubrimos un restaurante tradicional y fuimos al Weihnachtsmarkt de Bellevue (otra zona de Zürich) a ver si veíamos árboles naturales para poner en casa, pero estamos indecisos ya que este año vamos mucho tiempo a España y no sabemos si merecerá la pena o no. Ya veremos.





Cerca de Bürkliplatz han instalado, como todos los años (por lo visto) el circo Connelli, que hace que todo tenga un aire mucho más bucólico si cabe. 




(Inciso para mi prima Bego y amigas amantes de las manualidades)  Ay Bego!!! que he descubierto que este país es una perdición para las manualidades. No veas que papelería hay.. va a ser mi perdición. Además en las tiendas de bricolaje, como la del Coop (como una especie de Carrrefour) o Jumbo, tienen pasillos enteros de materiales.